Autor: Luis Suárez de Lezo Cruz - Conde
Hace cincuenta años salí
de un colegio fenomenal,
en el que pude conseguir
mi desarrollo personal.
Siete cursos yo viví
junto a amigos de mi edad,
junto a gente que sentí
me quería de verdad.
En Areneros crecí
y , en El Recuerdo, soñar
con una vida feliz
y el éxito profesional.
Allí es donde yo aprendí
con profesores sin par.
Unos, de carácter religioso,
otros de carácter seglar.
Con Medina, sonreir
si de Nefertitis hablar.
Bella, solía decir,
bellísima, al exagerar.
Con Tizas, tener que huir
si la tiza iba a arrojar;
y con Rubín conocí
éste u otro radical.
Con De Diego me sentí
una persona fatal,
al llegar a confundir
mi apellido natal.
Ante mi protesta formal,
para a la tarima salir,
mis apellidos quiso nombrar
y mi primo, al decidir
levantarse por igual,
de la clase hubo de ir
y yo le seguí a la par.
Dignidades conseguí,
Tribuno llegué a alcanzar,
las pelotas distribuí
y ,a las clases, tiempo robar.
Hoy, al cole vuelvo a ir
y a mis compis recordar.
Los jueves toca reír,
comer, beber y charlar.
¡Qué jueves tan divertidos!
¡qué historias tan suculentas,
truculentas y contentas!
que cuentan lo que hemos sido.
Aunque ya pesen las canas,
a mí me mueven las ganas
del almuerzo de Areneros.
¡Muero de ilusión por veros, compañeros………… compañeros!
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