lunes, 25 de abril de 2011

Ejercicio 7.TERROR EN INGLATERRA

Autor: Francisco Rodríguez Paino, Gurri

Hace ya algunos años, fui a Inglaterra a pasar el verano, trabajar y sobre todo para aprender inglés.

En principio iba a ir a una granja a ordeñar vacas, pero cuando llegué había otro estudiante ordeñando y por tanto me enviaron por una semana a la cercana mansión de unos vecinos que producían, recogían y vendían unos pequeños frutos llamados "black currants" que la verdad es que estaban asquerosos y nunca he sabido lo que realmente eran y su traducción. Lo bueno era que por cada cesta recogida pagaban 3 chelines y 6 peniques.
La comida estaba incluida y comía con la familia. Para dormir, no tenían habitación y entonces me presentaron al capataz, que era un tío con un solo ojo y bastante mala sombra, diría que era un poco aterrador. Era el que vigilaba la fruta y pagaba.
El capataz me llevó a dormir a la casa de visitas, que era una vieja mansión con dos pisos y 12 habitaciones, donde el único habitante era yo, lo que no resultaba muy de mi agrado dada mi corta edad, yo tenía entonces 19 anos.
A pesar de todo conseguía dormir.
Pasó una semana y el sábado me invitaron a cenar con un matrimonio de amigos y con los vecinos de las vacas.
La cena fue divertida y como siempre todos me preguntaban tontás sobre España y comentaban lo maravilloso que había sido el baño en la playa, cerca de Yarmouth donde habíamos ido por la mañana.
Realmente estaban un poco mal de la cabeza, pues la arena no existía, eran piedras y meños, pero no cantos rodados sino auténticas cabronadas de piedras (yo entraba en el agua sentado por no andar). Cuando llegabas al agua, estaba de color gris repugnante, a saber que residuos químicos tendría y "of course" helada.
Durante la conversación de la cena, comentaron que había un fantasma familiar de un antepasado en la casa donde yo dormía.
Aquello me alteró un poco, pues nunca he creído en fantasmas ni en los ultratumbas.
Cuando llegué a dormir a la vieja casa, con la historia del fantasma en la cabeza, me acosté.
Como no podía dormir, al cabo de una hora (debía de ser la 1 de la madrugada), comencé a oír algunos ruidos cercanos.
En principió me sorprendió un poco, pero al cabo de unos minutos los ruidos se convirtieron en ruidos y golpes cada vez más fuertes.
Mi defensa inmediata, pues tenía claro que era el malvado fantasma, fue meterme debajo de la sábana.
Durante la hora siguiente los golpazos y ruidos seguían sonando, incluso voces; sonaban en la habitación de al lado.
Aunque mi miedo era tremendo bajo la sábana, finalmente conseguí dormirme.
A la mañana siguiente, era domingo, fui a la casa familiar a desayunar y cuando empezaba a contar lo que me había pasado la noche anterior, apareció otro matrimonio; era el hermano del dueño y su mujer, que habían llegado la noche anterior de Argentina y Oh¡ casualidad habían dormido en la habitación de al lado donde yo dormía (malditos fantasmasl!).
Ah.  Que no se me olvide una tontá; puedo certificar que las vacas inglesas, no se mueven si les dices: Vaaamos vaaaacas ¡¡
Pero si les dices: Come on cows¡¡¡ las tías se mueven y te hacen caso.

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